miércoles, 6 de diciembre de 2017

Afeitado


Me acaricio la cara y no tengo pelos. Seguro que me afeité anoche y ya ni lo recuerdo. Fuera como fuere, no tengo pelo. Cuando no llevo barba de varios días siento mi jeta como el culo de un bebé. Me encantan los bebés —sobre todo cuando no lloran—, y aún me gustan más cuando están dormidos a pata suelta.
En realidad, me estoy dando cuenta, acariciando mi cara imberbe y escribiendo estas líneas sin ningún sentido, que lo que a mí realmente me gusta es la calma. Estar tranquilo y relajado para poder disfrutar de un buen libro, y de una buena música de jazz oliendo a incienso, y degustando un buen café de Chiapas, o de Guatemala, o de la mismísima Nicaragua. De Centroamérica, pero que sea café de la variedad caracol, o caracolillo, como conocemos por aquí a esa variedad de grano pequeño y sabor intenso.
Y ahora que les hablo de caracoles —cuando lo que pretendía era gritar a los cuatro vientos que por fin me he afeitado—, les diré que, esta semana pasada, en un programa de radio, escuché que existen caracoles zurdos. ¿Caracoles zurdos? —se habrán preguntado con asombro tal y como yo hice. Pues sí, han leído bien, existen los caracoles zurdos. Según entendí —no me hagan mucho caso porque yo, en realidad, lo único que pretendía era publicitar, a bombo y platillo, lo de mi rasurado—, los caracoles cargan su concha en el lado derecho de su anatomía, aunque, al parecer, por los caprichos de la genética, o de la biología, o de ambas cosas, o quién sabe si por los arbitrarios designios de alguna otra disciplina que yo ignoro, uno de cada millón de caracoles nace con su concha hacia el lado izquierdo, o sea: zurdos.
Mientras acaricio mi carita imberbe, como el culito de un bebé, juro que cuando llueva -algún día ha de llover- pienso salir a coger caracoles para buscar mi caracol zurdo, como los que se echan a los montes, o a los jardines, o adónde quiera que se echen —si es que se echan— a buscar su trébol de cuatro hojas.
Con caracol zurdo, o sin él. Con bebé llorón, o sin llorar. Con café de Chiapas, o de Colombia. Perdón, ya sé, Colombia no es de Centroamérica, pero su café tampoco es moco de pavo. Con música de jazz, o escuchando la prodigiosa guitarra del maestro universal Narciso Yepes, sepan ustedes que me he afeitado para ir guapo en el avión de Iberia al que me he subido con la muy loable intención de escribirles desde lo más alto.
Y es que con lo que ahorro en cuchillas, en jabón, y en loción, me da para viajar y para otro montón de cosas  que otro día que, como hoy, me de por afeitarme, amenazo con contarles. 
Ustedes, señoras y señores, ladies and gentleman, fieles y menos fieles seguidores de este su blog, se lo merecen todo. Así que, aquí me tienen, escribiéndoles bien afeitadito y oliendo a Varón Dandy. Faltaría más. Por mis lectores, ¡mato!.

10 comentarios:

  1. Creo que a ti te gustan los bebés como a mi salir de casa cuando llueve.
    Si los hombres podemos "cargar" los testículos a derecha o izquierda, no vamos a negarles a las caracoles el derecho a hacer lo mismo con su concha.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Gracias por mimarnos y complacernos. Sí, todo hay zurdo. Mi perro es zurdo y yo.
    Te invito un café que me han enviado esta semana de Orizaba,
    Un beso.

    ResponderEliminar
  4. Un buen afeitado da gusto a todos es como estar bien limpio por todas partes.
    Tienes buen humor escribiendo.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Con eso de los caracoles hay que tener cuidado. Aquí, en Colombia, nos han inundado con una especie venenosa africana, que se vino colado algún avión o barco, y se instaló para jodernos la vida, aquí en Colombia, donde bien los has dicho se cultiva una espléndida arábiga par le hechura de café.
    Un abrazo, amigo. Y disfruta la afeitada. Qué bien se siente la cara hecha culito de niño.
    Carlos

    ResponderEliminar
  6. Que bueno la carita afeitada. Los cafés que dices no los he probado, si el colombiano y esta riquísimo. Un beso.

    ResponderEliminar
  7. Me encanta la cara afeitada, aunque también con barbas.

    Besos.

    ResponderEliminar
  8. Sonrisa muy grande!!
    Pues si te apeteció afeitarte,olé.Seguro que estabas guapísimo!!
    Sabes?ahora cada vez que vea un caracol,voy a mirar si es zurdo y si le encuentro le sacaré una foto.Quién sabe?porqué no podría ser?
    Ea!,a viajar mucho para contarnos más historias,que me encantan!!
    Besucos

    ResponderEliminar
  9. No hay mejor forma que esa para recibirnos en tu casa.
    Siempre es una maravilla leer tus cosas

    Besitos :)

    ResponderEliminar
  10. Si hay caracoles zurdes, también ha de haberlos ambidiestros ¿no? En ese caso, ¿cómo consiguen girar la caracola de un lado a otro? ¿Con un sistema parecido al de las placas de los huertos solares? A ver si en el próximo afeita nos sacas de dudas, Jfb.
    Salu2 intriga2.

    ResponderEliminar