Tic-tac. Tic-tac. El reloj avanza, inexorable. Voy a tener otra hija. Yolanda tendrá una hermanita veinte años después. Mi hermana me pide que organice una misa para mi difunta madre. Tic-tac. Tic-tac. El reloj avanza, imperturbable. Cataluña se pretendía independizar, a pesar de los catalanes, como si la cosa no fuera con ellos. Tic-tac. Septiembre se agota. Messi se lesiona. Tic-tac. Se huele a octubre, a humedad. Las hojas de las moreras amarillean. Los caracoles zigzaguean entre los charcos. Tic-tac. Mi amigo, el pintor Carlos Pardo, entre cuadro y cuadro, toca y arregla pianos. En su taller habita una culebrilla ciega que se perdió, hace tiempo, en el centro de la ciudad. Es como su álter ego. Tic-tac. España encara la recta final de otra legislatura democrática. ¿Demo...qué? Tic-tac. Aún recuerdo la época de Franco. Tic-tac. Tiempos grises como el uniforme que lucía su policía. Tiempos de curas y de letanías. Tiempos de contradicciones. Tic-tac. Ahora también las hay: ¿quién sabe si menos o más?. Ya no se habla del paro. Ni de ETA. Ni de los sindicatos. La crisis se ha abalanzado contra nosotros en una especie de allanamiento de la sociedad del bienestar. Tic-tac. La sociedad del bienestar era un invento de los bancos. Tic-tac. Los países van a crédito, las empresas van a crédito, las personas vamos a crédito: ¿Quién da el crédito? ¿Cuánto crédito les quedará? Tic-tac.
Todo es cuestión de tiempo y de crédito. El reloj avanza, impasible. El crédito avanza, menguante. Ya no se venden periódicos, ya no se compran discos, ya no se va al cine, ya no se leen libros. La gente, en un alarde de felicidad suprema, ve y come basura. Tic-tac. No hablamos con los que nos rodean y wasapeamos con gente que está en la Patagonia. Tic-tac. Los telecos, sigilosamente, han tomado el poder. En la ONU se sientan juntos Merkel y Zuckerberg. Tic-tac. Los coches que no contaminaban resulta que sí contaminan. Las guerras que estaban lejos resulta que estaban muy cerca. El neoliberalismo resulta que sí era salvaje. Tic-tac. En pleno siglo XXI hay gente que sigue creyéndose mejor que los demás por ser heterosexual y blanco. Tic-tac. Hay personas que se erigen como salvadores del mundo por el hecho de rezarle a no sé qué cuento. El mundo siempre estuvo lleno de salvadores y las playas siguen llenas de salvavidas, y de pateras volcadas, y de niños ahogados. Las guerras no cesan. Cada bomba que se arroja hace repuntar la bolsa en otro lugar del mundo. Tic-tac. El reloj avanza, por pura costumbre. La lucha no cesa, especialmente la de los pobres. Tic-tac. Mi padre prepara su boda. A veces, las cosa vienen a destiempo. Tic-tac. Ana María, mi pequeña Ana María, llega este jueves. Tic-tac. Nunca es tarde si la dicha es buena.