jueves, 29 de enero de 2015

Señor Z



Ahora que leo a Enzensberger, me doy cuenta de la analogía que tiene este blog con ese místico personaje que es el señor Z. Aunque, todo hay que decirlo, lo mío en plan cutre. Hay quien dice que acude a este blog como la gente acude al jardín en el que, cada día, el señor Z cuenta a los paseantes sus historias y sus reflexiones, a modo de parábolas contemporáneas, debajo de un árbol, en busca de respuestas, o de inspiración, o simplemente a cotillear. Lo mismo el tema del día es la rutina, la ética de los banqueros, o Aristóteles, o las distintas recetas del pato a la naranja. Lo grandioso del señor Z es su capacidad para abocarnos a la reflexión y al debate, con habilidad sibilina, usando cualquier escusa como herramienta.
Enzensberger en su libro Reflexiones del señor Z. "o migajas que dejaba caer, recogidas por sus oyentes", enlaza pasado y presente mediante aforismos sobre los temas más diversos y actuales. Confronta, sabiamente, pasado y presente, clásicos con contemporáneos, filósofos griegos con jardineros mileuristas, en una especie de debate abierto en el que cualquiera que pasa por ahí, o que lea el libro, puede aportar su propia opinión.
El autor bávaro ensalza el valor de la palabra, del diálogo, del cuerpo a cuerpo, de lo sencillo, frente a la frialdad de las nuevas formas de comunicarnos, pero sin ofender, sin crear enfrentamientos estériles con otras visiones, relativizando y flexibilizando las posturas, mediante la transmisión oral de la cultura.
Reflexiones del señor Z, es un librito interesante para los que se inician en la búsqueda de respuestas y ya están algo aburridos de los libros de autoayuda.
Creo que, en el fondo, el señor Z me atrae tanto porque lleva bombín como Joaquin Sabina. Son tal para cual.


1 comentario:

  1. Sera que por no tener escote el Sr. Enzensberger este relato no tiene ningún comentario????
    Quizas pocos conocen Hammerstein o el tesón

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