domingo, 17 de abril de 2011

Manolo Belzunce





Puede que para mucha gente Manolo Belzunce no sea nadie conocido. Para algunos será un pintor más, pero, para mí, Manolo Belzunce es un artista fundamental dentro del panorama artístico murciano de los últimos cuarenta años. Ahí es nada. Su obra fluye inspirada, irremediablemente, entre Picasso y Matisse, pero adaptada a su propia visión y su propia realidad. Mi afición por el arte, me ha hecho acaparar -no sin esfuerzo- algunas maravillosas obras de este genial y humilde pintor, que maneja con igual destreza el óleo, el acrílico, el guache, el collage, o la cerámica.
Amigo y compañero de otros geniales artistas como Pepe Párraga, Perico Pardo y Jean Pierre Caubios, compartió con ellos afinidades artísticas, políticas, y sobre todo humanitarias. Siempre recordaré un domingo por la tarde, en Platería, donde, junto a Párraga y algún otro que no recuerdo, pedían una moneda a los transeúntes, que colocaban en el suelo formando una enorme hilera, para recaudar dinero para una causa humanitaria.
Su sensibilidad y sencillez se contrapone a un enorme y diestro oficio artístico.
Las dos obras que muestro tienen el hilo conductor del agua: Dos bañistas en diferentes facetas. La mujer con los pies a remojo (1973) y el Nadador ( Sant Cugat 1985), dos óleos singulares y muy representativos de su obra.
A lo largo de los últimos años he visto muchas de sus exposiciones y es, sin ninguna duda, un artista al que admiro y admiraré.
Siempre he sido partidario de reconocer y homenajear a las personas por su trabajo cuando menos viene a cuento. Ahora que nadie habla de ti, yo te rindo este pequeño homenaje. Eres grande entre los grandes, Manolo.

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