viernes, 20 de agosto de 2010

El sumo Inquisidor







Hay que ver como se las gastaba esa gente de la inquisición. El Marqués de Sade era un monaguillo sin importancia al lado de estos. Hoy he visitado el Museo de Zugarramurdi al norte del Valle de Batzán en Navarra, y pobrecitas las brujas. Si a mí me aplicaran esos elementos de tortura a los cinco minutos me declaro seguidor de Lucifer o de Georgie Dann. El único délito de esa pobre gente fue conservar las costumbres religiosas precristianas, de carácter animista, adorar a la tierra, a la naturaleza, conocer el uso terapéutico de las plantas, estudiar los astros, celebrar el final de los largos y duros inviernos, que por esta zona son de aupa. Eso debió molestar en una época de máximo esplendor de la Iglesia Católica en una recién nacida España. A mi modesto parecer, se mezcló el que alguien quiso medrar y alguien más necesitaba cabezas de turco, y de ahí surgió el proceso de Logroño, que ha pasado a los anales de la triste historia de la Santa Inquisición, como uno de los juicios más importantes contra la brujería de los que se tiene noticias.



Bacanales, Akelarres,machos cabrios que adoptaban cuerpos de hombre, brujas que volaban en escobas y parian sapos con la cara del demonio, historías que a buen seguro leyera muy bien J.K. Rowling antes de escribir las aventuras de Harry Potter.



Si pasan por Navarra no se olviden de visitar esta zona, además se come de maravilla.



En la foto el Sumo Inquisidor, una flor de cardo para proteger las casas y las familias frente al demonio, y unas túnicas de los inquisidores. ¿A qué dan un poco de miedo?

1 comentario:

  1. Que miedo si asi eran todos los santos inquisidores no hubiera sido nada cruel este momento historico te ves muy guapo amigo

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