sábado, 1 de mayo de 2010

Las batallas en el desierto


Las batallas se libran minuto a minuto, en cada esquina, de noche o de día, en el campo, la playa o el desierto, en la Moneda, en el Ebro, o en Gaza. Miles de batallas, cientos de miles de batallas, millones de batallas, cientos de millones de batallas. Cada vida es una batalla, cada intento por subsistir es una lucha sin cuartel, sin reporteros, sin flases, sin testigos. Batallas mudas que a nadie importan, que tan solo nos pudren los higadillos y nos recomen por dentro, provocándonos una acidez terrible.

Nacimos para luchar sin saber para que luchamos.

Nadie sabe si al final estaremos mejor, seremos más felices, o por el contrario llegaremos sin fuerzas ni resuello, a ese sueño hacia ningún lado y nos comerá la mierda.

Jose Emilio Pacheco, ha escrito una batalla de su propia infancia, de su amor imposible, de su México perdido. El premio Cervantes le esta bien merecido, por ser quzás una de sus últimas y más preciosas batallas.

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