viernes, 30 de abril de 2010

La escultura derrotada


El número 68 no me trajo demasiada suerte. En aquel concurso, mi obra paso sin pena ni gloria. Cosechó un fracaso sin paliativos. Quizás no supieron entender el mensaje de la simplicidad y contundencia de mi propuesta, y tan solo vieron el intento de un intruso en hacerse hueco en un mundo premeditado y diseñado para unos pocos. Es la segunda vez que me dan calabazas en un concurso de escultura, pero eso no me desanima para realizar un tercer intento, más que nada por si se confirma el dicho de "a la tercera va la vencida".

Cuando fuí a recogerla estaba así, plastificada como un gran preservativo con remiendos, y númerada como un corredor de fondo.

Agarrándola en brazos, la metí en mi coche en aquella nave de Beniaján, y la lleve de vuelta a casa, consolándola para que no se sintiera derrotada.

miércoles, 21 de abril de 2010

Escultura en estado puro




Para continuar con mi búsqueda en las claves de la escultura, viajé al País Vasco, a profundizar en la obra de Eduardo Chillida. Visité el Chillida Leku, o lo que es lo mismo su casa museo, un lugar mágico donde disfrute del legado de su obra. Para rematar no dude en acercarme a distrutar en la contemplación nostálgica y enigmática, del Peine del Viento.


Eduardo Chillida es un maestro para mí en muchos sentidos, por ello quiero rendirle homenaje recordando una de sus celebres frases "Un hombre siempre tiene que tener el nivel de la dignidad por encima del nivel del miedo"

jueves, 15 de abril de 2010

Desayuno con diamantes


La verdad es que mentiría si dijera que recuerdo la película, tan solo me suena el título. Reconozco que no soy un gran cinéfilo, y a lo único que aspiro en este terreno, es a ver el mayor número de películas que se hagan en España y Latinoamérica.

El desayuno con diamantes al que hago referencia es el que me gustaría recomendarles a todos los amantes del buen café y del buen cacao, el que te brinda la oportunidad de desayunar con la ilusión y la esperanza de miles de personas que se benefician de las cooperativas de trabajo, bajo el sistema de comercio justo, que impulsa la ONG Intemón Oxfam.

Cada café o cada chocolate, o cada cucharada de azúcar integral, que tomo de esta ONG, la siento como la sonrisa de un niño que necesita de mí ayuda.

Gracias al grupo Eroski, estos productos están disponibles muy cerca de nuestra casa, brindándonos a todos la posibilidad de sentirnos cada día como en "Desayuno con diamantes".

miércoles, 14 de abril de 2010

La vida es un carnaval











Descubrí el Carnaval de forma tardía en el pueblo murciano de Beniaján. Gloria me empujaba hacia una fiesta ajena, donde lo obligatorio es pasarlo bien. Es lo único que se exije, relajarse y dejarse llevar al ritmo de la música, lo demás es fiesta y alegría. En ese Carnaval de Beniaján lo mismo te puedes encontrar una resurrección de la mascota del Mundial de España 82, "El naranjito", que dos azafatas de Iberia con 20 dioptrías en cada ojo, la detención en plena calle de un espectador que desconoce sus delitos, o un paisano disfrazado de cigarro, en contra de la ley antitabaco.




El carnaval es una enorme representación cómica de nuestra propia vida, es la capacidad de reirnos de nosotros mismos y de paso, de todos los demás, sin que nos rompan las narices.

martes, 6 de abril de 2010

Cuestión de peso


El peso nos lleva a maltraer. Vivimos en el mundo ligths con las lorzas más desarrolladas que nunca. Se impone la hamburguesa doble con queso y beacon, a la ensalada mixta y los hervidos de toda la vida. La peligrosa y camuflada pizza frente al bocata de chorizo y salchichón. Y todos cada vez mas gorditos.

Aunque parezca mentira esta lucha contra el peso no es algo de hoy, ya en Varsovía (Polonia) en 1912 la gente se controlaba su pesaje en plena calle, como anticipandose a los tiempos, como visianarios de una lucha sin cuartel frente a uno mismo. En la lucha constante entre acercarse en lo posible al canon de belleza que nos imponen en cada época o ser nosotros mismos.

El problema no es tanto la comida como la inactividad. El sedentarismo es nuestro principal enemigo. Así que a mover el culo y comer más potajes de acelgas y ollas gitanas que estan bien ricas.

Men sana in corpore sano. (O algo así)

lunes, 5 de abril de 2010

¿Has jugado al futbolin?


En el monumental pueblo segoviano de Pedraza, me encontré con este futbolín, y me trajo muchos recuerdos. En mi barrio había una fábrica de ellos, donde de pequeños nos asomábamos a verlos como el que mira algo grandioso. Luego ibamos a los futbolines del Avelino a jugarnos unas partidas de aupa, recuerdo que costaban un duro -5 pesetas-. Luego vinieron las maquinas de bolas, ¡qué contentos nos poníamos cuando conseguíamos especiales y luego bola extra!. Más adelante vinieron los come-cocos, y después los marcianos, que salían por todas partes y nunca se acababan. Pero el futbolín era otra casa, dos para dos, generaba rivalidad y complicidad, uno llevaba el portero y el defensa y el otro llevaba a la media y a los delanteros. Qué cosa tan grande aquellos años de inocencia, que gritos y saltos dabamos al ganar un partido, que importantes nos sentíamos...

¿Donde estarán los niños de este futbolin?

viernes, 2 de abril de 2010

El viaje de mi vida




Para una persona como yo, que ha viajado tanto, es muy complicado destacar un viaje entre todos los que me han llevado a decenas de paises y regiones españolas. Pero quizás para mi hay uno entre todos ellos que recordaré siempre por todo lo que me aportó.


Yolanda era muy chiquita, pero la convencí para cruzar toda España en coche, más de ocho horas, para ir a ver una exposición de escultura del escultor orensano Ignacio Basallo. Mi cuñado Josiño, gallego de pro, me ofreció su casa de Xubín, para pernoctar las dos noches que ibamos a pasar por alli.


Visitamos la exposición en Santiago de Compostela, la plaza del Obradoiro, la Catedral, y luego en Ourense, fuimos a Ribadavía, visitamos la judería, comimos anguilas, que en contra de lo que yo pensaba, le encantaron a Yolanda, y dormimos juntos con mucho frio en la casa de Xubin.


Antes de irnos bajamos hasta la orilla del rio Miño, cruzando la vía del tren, y nos tumbamos sobre los cantos rodados, a ver pasar las nubes y descubrir figuras en ellas.


Me sentí enormemente feliz.


Lo recordaré siempre Yolanda.


Te quiero.